26 de julio de 2013

El sistema educativo como adoctrinamiento

Hoy día se suele contemplar la educación como una de las partes esenciales en el desarrollo de las personas y el sistema educativo como uno de los servicios públicos básicos. No es de extrañar por tanto que el proceso de socialización tenga tan buenos resultados. Este consiste especialmente en crear individuos aptos para la sociedad existente. Es en la educación en donde empieza este proceso y en donde se afianza la conducta deseada de los niños que posteriormente serán adultos. Es en esta fase en donde empieza el complejo proceso del control social.


Ya desde la escuela nos van marcando cómo será nuestra vida futura. Las señales son evidentes: asignaturas como matemáticas están ideadas con el fin de preparar al sujeto hacia el mundo empresarial y de las finanzas. No era suficiente con que alguien aprendiera a contar, sumar o restar, también había que enseñarle a multiplicar y dividir, operaciones básicas para una economía formalista y productivista. Por supuesto, a medida que el sistema tecnoindustrial  avanzaba en complejidad, asignaturas como matemáticas, física o química también debían avanzar y enredar a las personas en un mundo de abstracciones ¿Coincidencia? Ni por asomo.


Otra de las pruebas palpables de adoctrinamiento desde la niñez es el inglés, lengua universal que ha sido impuesta arbitrariamente por los países anglosajones al resto del mundo; tanto que hoy en día en cualquier país el inglés está sobrevalorado. Pero lejos de enseñarnos otra lengua de forma opcional como medio para fomentar la interacción cultural, lo que nos repiten exclusivamente una y otra vez es que el inglés te abre muchas más puertas para el mundo laboral. Es decir, no hay señal más explícita para imbuirnos una idea tendente a mantener el statu quo. No es por hacer una defensa apasionada del castellano, pero dicha lengua contiene sobradamente una mayor riqueza estilística que el chapurreante inglés. Aún así, esta no es la cuestión. Para los que hayan tenido la suerte de nacer aprendiendo dos lenguas y una es el inglés, mejor para ellos, pero darles ventajas a estos en detrimento de los que simplemente no desean aprender una segunda lengua distinta a la suya, es una forma de imposición por la fuerza.


Llegado a un punto crucial en el proceso de enseñanza, al alumno se le da la opción de elegir entre ciencias o humanidades. No es casualidad que en el ámbito de las ciencias se enseñe a los alumnos a perfeccionar experimentos mediante el método científico, y que apliquen su objeto en su vida diaria, es decir, que sean exactos, lógicos, meticulosos y utilitarios, que son las claves para el buen desarrollo de las profesiones más técnicas y exigentes. Una sociedad que no admite errar a sus individuos es una sociedad que se autoengaña y que pretende ser lo que no es. En cuanto a las asignaturas de humanidades prevalece la oficialidad, las versiones sesgadas, el ensalzamiento del estado, la patria o el ejército y la omisión descarada de los problemas relativos al sistema capitalista, al mundo del trabajo en cadena, al culto tecnológico e industrial y sus consecuencias medioambientales y un largo etc. Así, el sistema doctrinal aprovecha estas ventajas parcialmente para su conveniencia de crear autómatas capacitados para los empleos mejor considerados y pagados, y dejando al margen a los sobrantes, relegados a ocupar los puestos más precarios e insalubres, el desempleo o en los peores casos, la marginalidad o la delincuencia.


Con todo, el gran descalabro viene cuando el infante supera la primaria y empieza a ser encauzado directamente en el mundo laboral y empresarial. Obviamente, un mundo competitivo, artificializado y tecnologizado hasta la médula precisa un gran equipo de ingenieros, arquitectos, informáticos, contables y empresarios, carreras además con abundantes y prometedoras salidas laborales. Por el otro lado, en lo que respecta a las ciencias sociales, las pocas salidas que es sabido ofrece el mundo laboral son reservadas al mundo del derecho. Ni siquiera para maestro las posibilidades son halagüeñas. Aún así, la demanda de trabajadores sociales y educadores está en claro ascenso en una sociedad socialmente envejecida y psicológicamente enferma, pero los salarios nada tienen que ver con los de los ingenieros o informáticos, piezas claves para mantener al sistema tecnoindustrial en la cúspide de la pirámide.


Esto en cuanto a los contenidos; pero las formas no difieren en su cometido, como era de esperar. Todo adulto recordará interminables clases soporíferas y tediosas de matemáticas, física o historia, en las que el alumno es obligado a memorizar fórmulas, conceptos o fechas sobre temas que no le interesan lo más mínimo y de los que para colmo, será obligado a su vez a examinarse. El recurso abusivo de los exámenes, como pruebas para seleccionar y empezar a crear la condición del status desde edades tempranas es la prueba más evidente de hacia dónde nos dirige el sistema educativo. Un sistema que quizás haya evolucionado hacia una disciplina más blanda, pero que sigue empleando el método del premio y el castigo creando sujetos que solo valoran el éxito a cualquier precio como forma de triunfar en la vida, mientras queda el residuo de la envidia cuando este no llega. El miedo al fracaso, la incapacidad para desarrollar el espíritu crítico o de poder ver el trasfondo de los asuntos que atañen a las relaciones humanas son otras de las lamentables consecuencias que arrastra la educación tradicional.


Por tanto, el sistema educativo es un proceso doctrinal porque no enseña a los seres humanos a ser humanos de forma libre, sino que los prepara hacia un tipo de sociedad concreta como es la actual sociedad de masas mediante la ideología imperante y el pensamiento único. Se convierte de forma descaradamente dogmática en un proceso de manipulación infalible al igual que despótico, mediante el recurso de contenidos encaminados hacia el futuro laboral. No se encuentran por ningún lado la enseñanza de los valores más humanos, como la igualdad, la solidaridad, la cooperación, ni la libertad de elección, ni el respeto por el medio-ambiente y los animales. Claro, nada de esto podría darse en una sociedad tan compleja y tecnificada como la actual, y sí en una sociedad en donde los seres humanos se dedicaran a ser humanos y no marionetas del poder establecido.


Por suerte, la doctrina educativa no resulta fatal para todos los millones de personas a los que obligatoriamente recluye como si fuera el ejército, puesto que en el fondo la escuela no representa la totalidad de nuestra formación. En la calle, son muchas las mentes que se han dado cuenta de este engaño y se han formado por cuenta propia de forma libre y voluntaria, sin maestros ni imposiciones. Son los autodidactas, mentes críticas e inquietas que han decidido aprender por el simple hecho de conocer, pero sobre todo por el hecho de ahondar en la realidad que nos sume. En esta misma línea de acción, al margen del debate por vanagloriar la escuela pública frente a la privada, cada vez son más los padres que se niegan a reclutar a sus hijos en un sistema educativo tan retrógrado como militante, negando que esa sea la única forma de enseñar,  y deciden formar a sus hijos aparte, utilizando sus propios métodos de enseñanza y aprendizaje, en donde  los contenidos excesivamente técnicos y complejos son rechazados, y en donde se enseña muchas veces en la naturaleza los valores de una vida sencilla, libre e igualitaria.





8 comentarios:

  1. Una opinión muy cercana a la realidad, pero aun así algo sesgada. Pues no vas al fondo del problema: el monopolio educativo del Estado (los políticos y burócratas).

    Es el Estado quien establece los planes y programas de estudio, es el Estado quien obliga a los padres a escolarizar a sus hijos (aun en contra de su voluntad), es el Estado quien elige a los docentes y sus características, el horario de clases, la característica de las aulas e instalaciones. Es el Estado quien nos dice que debemos aprender, a que ritmo, y bajo que condiciones.

    "La educación no es escolarización." --- Laura Mascaró Rotger ---

    "Casi nadie cuestiona por qué deben ser los grupos de políticos y burócratas (los cuales son generalmente corruptos) quienes elijan lo que deben de aprender los niños, jóvenes y adultos en la escuela" --- Santos Mercado Reyes ---

    “El poder político creó la educación pública para dominar el alma de los individuos. Su única misión era crear siervos sumisos. Así fue en sus orígenes autoritarios, así sigue siendo hoy en día”. --- Juan Ramón Rallo ---

    "Todo sistema educativo políticamente controlado inculcará tarde o temprano la doctrina de la supremacía del Estado, sea como el derecho divino de los reyes o como la “voluntad del pueblo” en la “democracia”. Una vez que esa doctrina ha sido aceptada, se convierte en una tarea casi sobrehumana quebrantar el dominio total del poder político sobre la vida del ciudadano, porque ha tenido su cuerpo, su propiedad y su mente bajo sus garras desde la infancia. Un pulpo liberaría más pronto a su presa." --- Isabel Patterson ---

    "Qué quiere decir que el gobierno debería educar al pueblo? ¿Por qué debería ser educado? ¿Para qué sirve la educación? Sin duda, para preparar a las personas para la vida social –¿hacer de ellas buenos ciudadanos?–. ¿Y quién determinará qué es un buen ciudadano? El gobierno: no hay otro juez. ¿Y quién dirá cómo se pueden formar estos buenos ciudadanos? Nuevamente, sólo el gobierno." --- Herbert Spencer ---

    Crisbio

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  2. En cuanto a lo que se conoce como escuelas privadas hay que aclarar que la realidad es que no existen las verdaderas instituciones privadas de educación.

    Analizando a fondo lo que ha ocurrido podemos entender que mucho del mal funcionamiento de ellas radica en la imposición de políticas educativas y de contenidos en los planes de estudio de parte del Estado.

    Las escuelas privadas a pesar de tener en algunos casos mejores instalaciones que las escuelas públicas, no tienen libertad de cátedra, cualidad que es indispensable para que se puedan llamar privadas con todo derecho.

    "La libertad de cátedra es, hoy en día, tan perseguida y censurada como en el medievo lo fue la libertad religiosa" --- Gabriel Zanotti ---

    En todo caso tenemos las instituciones educativas gratuitas y las "de paga" puesto que las segundas están obligadas, de cajón, a presentar los planes de estudios cumpliendo los requisitos y contenidos mínimos que prevén las Secretarías, Departamentos o Ministerios de Educación Pública.

    Por ello es que han adoptado los planes y programas de estudio elaborados por las autoridades de los países como currícula. No tienen otra opción.

    De lo contrario les cancelan la licencia, puesto que las autoridades educativas exponen su absurda consigna de que “la educación debe ser igual para todos”. Pero ellos entienden dicha igualdad en el sentido de “uniformidad” y “estandarización”.

    En sí, pareciera que las instituciones educativas de particulares son, en realidad, simples concesionarias de un servicio público.

    Y así es, puesto que en el mundo entero, prácticamente todos los Gobiernos se han arrogado, de forma exclusiva, la función de la educación, y por ello imponen una serie de características a cumplirse, características, además, que son más ideológicas que tendientes a asegurar la calidad de la misma educación.

    Crisbio

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  3. El verdadero origen y propósito detrás de la educación pública obligatoria, así como de la regulación de contenidos y los planes de estudio en las escuelas privadas, las cuales no pueden operar a menos de que tengan el “visto bueno” de la burocracia estatal, no fue tanto la educación como solemos entenderla, sino el control político y el adoctrinamiento.

    "Tan importante como la separación Iglesia de Estado es la separación de la Escuela del Estado" --- Sheldon Richman ---

    "Tan importante como la separación Iglesia de Estado es la separación de la Ciencia y la Medicina del Estado" --- Thomas Szasz ---

    Algo que mucha gente ha mencionado que aprende en muchos cursos, licenciaturas, posgrados o talleres “pedagógicos” es que la misma Educación está llena de mitos que han creado los pedagogos desde la época de John Dewey, Vigotsky, Freire, Montessori y Makerenko en torno a ella, y que desgraciadamente han sido tomados en serio por los docentes, quienes por lo general se comportan según una serie de modas o teorías que de repente ganan popularidad y aparentan ser la solución a los problemas educativos, pero lo que no cambia entre esos mitos es que la educación tiene una función igualadora y “niveladora”, o más recientemente, las ideas del constructivismo y la educación por competencias, que ultimadamente, se enfoca a una función pragmática: preparar mano de obra calificada, puestos gerenciales, y en definitiva, empleados, para nutrir el sistema de mercados imperante.

    Aquello que distingue al género humano, es la individualidad; del mismo modo que no hay dos huellas digitales iguales tampoco hay dos personas iguales. Pero el principio constitucional de igualdad, que debería interpretarse en el sentido de tratar igual a los que se encuentran en las mismas circunstancias y tratar distinto a los que se encuentran en circunstancias distintas, se interpreta en el sentido de “uniformidad”. Y esto es, en palabras del economista Murray Rothbard, “fundamentalmente anti-humano”.

    Y esto es la escuela. La escuela uniformiza, en ella todos son iguales, todos estudian lo mismo al mismo ritmo. No se respetan los intereses, las aptitudes ni las necesidades particulares de cada uno.

    Crisbio

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  4. ¿Qué hace la escuela? Reduce el aprendizaje a un currículum preestablecido por alguien, igual para todos, y segrega el conocimiento en asignaturas independientes unas de otras como si no tuvieran nada que ver. Los niños no sólo no ven relación entre las distintas ramas del conocimiento académico sino que no le ven utilidad práctica.

    En la escuela los niños se sientan y escuchan, actúan a toque de timbre, se mueven en fila de a uno y hasta tienen un pupitre asignado; no participan activamente, no experimentan, no descubren; engullen una gran cantidad de materia que muchas veces ni entienden, para luego regurgitarla en un examen que servirá para poner de manifiesto lo que no han sido capaces de retener en su memoria, porque no olvidemos que un examen nunca sirve para demostrar lo que sí sabes sino para poner de manifiesto aquello que no has sido capaz de retener.

    Diferentes capacidades conllevan diferentes necesidades y, por tanto, diferentes modelos de intervención educativa, pero existen todavía demasiadas creencias falsas entorno a la educación de los, digamos, menos capaces.

    Cada ser humano, si bien es igual en derechos, es único en todo lo demás. Por tanto, cuanto más acerquemos los modelos de enseñanza a las potencialidades específicas de cada ser humano, mayor será su motivación por el aprendizaje, el desarrollo de sus talentos específicos y posteriormente, los deseos de intercambio de sus habilidades con quienes les rodean.

    Los resultados negativos de la actual estandarización y homogenización de la educación están muy claros cuando analizamos sus consecuencias en los alumnos

    Necesitamos dejar de tratar a todos los estudiantes de la misma manera. El programa de talla única es una idea absurda.

    O sea, en casi todos los países se plantea que la “educación” (entendida como escolarización) debe estar al alcance de todos, deben todos ser obligados a cursarla y que además, la “educación” debe ser un factor igualador, un factor que elimine las diferencias sociales y permita que todos tengan acceso a las mismas oportunidades. Esto no es más que igualitarismo extremo, esto es una premisa de evidente inspiración marxista, es una utopía y un absurdo que no comprende la naturaleza real de lo que es la educación, misma que tiende a formar diferencias, antes que asentar igualdades. De no hacerlo así, la educación tenderá a perpetuar, por el contrario, injusticias, al no reconocer los méritos ni desechar los vicios.

    Crisbio

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  5. El necesario clima de excelencia tiene lugar en donde hay puertas y ventanas abiertas de par en par por las que entra todo el oxígeno disponible en ámbitos competitivos en los que se ofrecen las más variadas posibilidades insertas en mecanismos flexibles al cambio y la actualización, según sean las teorías rivales existentes. No es factible ni coherente educar para la formación de seres libres en base a la coacción.

    Ante todo ello podríamos concluir, que si bien el derecho a la educación debe ser igual para todos, ello no debe en ningún modo ser utilizado para legitimar la uniformidad educativa. Dicho planteamiento igualitario sólo se puede defender coactivamente por razones ideológicas con todo lo que ello implica de ataque frontal a una verdadera educación. No hay, como nos quieren hacer creer las ideologías colectivistas con sus dogmas, argumentos irrefutables para imponer la educación mixta, todo lo contrario.

    La llamada “educación diferenciada”, no solamente es más eficaz para el desarrollo de las identidades individuales y el avance de las sociedades abiertas, sobre todo éticamente es más equitativa y justa que la estandarizada por las instituciones educativas.

    La educación, bien entendida, nunca será igualadora por el simple hecho de que los seres humanos no somos iguales, sino diferentes, las circunstancias y capacidades de unos y otros cambian, pero las personas pueden sobreponerse a sus limitaciones y destacar, si son adecuadamente estimulados para ello; algunos lo aprovecharán, otros no, no porque esto sea cruel o injusto, al contrario, porque eso depende de cada uno y es de su exclusiva responsabilidad individual, lo que es lo más justo que puede haber y convierte a la escuela, en realidad, en una institución diferenciadora entre las personas; por el contrario, hoy en día se aplica un criterio de igualdad que no lleva a que todos tengan el mismo nivel de excelencia, sino en un mismo nivel de mediocridad: no se impulsa al éxito ni se sanciona el fracaso, por tanto, todos quedan en el medio, en la nada, o peor aún, se nivelan hacia abajo.

    En cualquier circunstancia, hay que adaptar los medios aplicables a las necesidades concretas. La igualdad no consiste a tratar a todo el mundo igual. Tratar del mismo modo a los que son diferentes, a los que tienen necesidades distintas, es discriminación.

    El querer que todos seamos iguales cuando evidentemente no lo somos se llama SOCIALISMO.

    Crisbio

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  6. El sistema educativo que tienen casi todos los países del mundo es socialista por naturaleza, pues trata a "todos iguales", se financia con impuestos del pueblo y es dirigido y regulado por el todopoderoso Estado.

    “Siempre que existe un estado paternalista, existe educación estatal. Se ha descubierto que la mejor manera de asegurar la obediencia implícita es que la tiranía empiece en la guardería.” --- Benjamin Disraeli ---

    "Sí, de la cuna a la tumba, esa es nuestra tragedia. El Estado domina planes y programas de estudio de la educación básica, y tiene una presencia dominante en la educación superior. Desde hace casi un siglo a los ciudadanos de casi todos los países en las escuelas de gobierno y privadas (con notables excepciones) se les ha educado de manera socialista, esperando a que sean los gobiernos los que solucionen todos los problemas de nuestras vidas, en particular los económicos. Así, es usual encontrar a analfabetos funcionales (que tienen incluso licenciatura, ó más estudios) que continuamente reclaman por más educación gubernamental "gratuita", más salud "gratuita" y universal para todos, más medicinas gratis, más universidades gubernamentales sin costo alguno para los alumnos, más subsidios al campo, más subsidios a la industria, más aranceles y mayor protección a “nuestros productores nacionales,” más y más ayuda a los pobres, más vivienda subsidiada, más guarderías del gobierno, más transporte público subsidiado, más y más subsidios a gasolina, gas, electricidad, combustóleo y diesel, más precios controlados (para que los “capitalistas” no abusen), más y más bancos de desarrollo estatales, más cine, teatro, deporte y cultura subsidiada, en un palabra, más y más ubre gubernamental para todos. Qué desastre.

    ¿Cuáles son las consecuencias de esta ideología enfermiza socialista? Más y más burocracia en todos los niveles de gobierno, más y más corrupción en las oficinas gubernamentales, más y más dispendios gubernamentales en obras públicas sin rentabilidad social, más y más dietas generosas de los políticos, más y más parásitos chupeteadores -empresas privadas- que quieren vivir a expensas del presupuesto, más y más pobreza. Y lo que se les olvida a nuestros ciudadanos: más y más impuestos.

    Los estados paternalistas comienzan en la guardería, con la educación socialista que se imparte en todos los niveles educativos. El ciudadano promedio no parece entenderlo: a mayor burocracia y gasto gubernamental, menor crecimiento económico y más, más impuestos.

    La mentalidad de muchos es en su mayoría socialista y ello es resultado de la dominación estatal educativa, debido a una dictadura educativa que incluso partidos supuestamente de "derecha" no han tocado en nada (tal vez porque la comparten).

    La mayoría de nuestros políticos (y ciudadanos) tiene una mentalidad socialista, producto no de una dictadura de estado, sino de la dictadura educativa socialista que prevalece en casi todo el mundo.

    La propuesta de los liberales para solucionar el desorden que reina en el ámbito educacional puede resumirse sencillamente: dejar al gobierno fuera del proceso educativo. El gobierno ha intentado adoctrinar y moldear a la juventud de la nación mediante el sistema de la instrucción pública, y formar a los futuros empleados y burócratas mediante el manejo y el control estatales de la educación superior.

    El Estado no quiere personas, quiere ciudadanos sumisos que no cuestionen, no pidan cuentas a los políticos y burócratas, paguen sus impuestos a tiempo y los dejen en paz en la conducción del país.

    Crisbio

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  7. La mayoría de la gente está hoy en día convencida del fracaso de las escuelas del gobierno. El descontento con la educación pública es mayor que nunca antes. Pero, ¿han en realidad fracasado las escuelas públicas? Eso depende de cuál era su fin.

    En realidad, las escuelas del gobierno no son una institución americana. Se copiaron el modelo de sistema autoritario de Prusia de comienzos del siglo XIX. Luego de que Prusia fue derrotada por Napoleón en 1807, el rey Federico Guillermo III reforzó el sistema nacional de educación establecido en 1717. Los niños entre 7 y 14 años tenían que ir a la escuela y a los padres que no cumplieran con esa disposición real, les podían quitar a sus hijos. Las escuelas privadas podían existir, siempre y cuando cumplieran con las normas gubernamentales. Los maestros requerían una certificación estatal y se requería ser graduado de bachillerato para acceder a las profesiones cultas y al servicio público. Las escuelas impusieron un lenguaje oficial, en perjuicio de las minorías étnicas de Prusia. El propósito del sistema era fomentar el nacionalismo en una Prusia desmoralizada, a la vez que entrenar a los jóvenes para el servicio militar y para la burocracia. Como lo mantenía el filósofo alemán Johann Fichte, quien tuvo gran influencia en el sistema: "las escuelas deben amoldar a la gente, de tal manera que no aspiren a más nada que lo que usted quiera que deseen".

    El moderno programa de las escuelas gubernamentales fue copiado del sistema prusiano. Primero, el principal objetivo de las escuelas públicas no era entrenamiento intelectual sino acondicionar a los niños a "la obediencia, subordinación y a la vida colectiva". Segundo, el mundo del conocimiento fue dividido en "materias" y el día escolar en múltiples períodos, de manera que la motivación en el aprendizaje fuera controlada a través continuas interrupciones. Y, tercero, el Estado fue colocado como "el verdadero padre de los niños" según Murphy.

    A través de los años han imperado diferentes modas en la burocracia educacional, pero todas han sido variaciones del mismo tema: las escuelas públicas son para crear "buenos y complacidos ciudadanos", no pensadores originales, porque a los políticos no les gusta que les sacudan la mata. Prefieren ciudadanos que paguen sus impuestos a tiempo y los dejen tranquilos en la responsabilidad de fijar el rumbo de la nación. Es imposible dejar de notar el crecimiento del Estado desde que comenzó la educación gubernamental.

    Juzgando a la educación pública bajo este lente, ¿cómo ha funcionado? No del todo mal. A lo contrario de las escuelas privadas de nuestros antepasados, el producto de las escuelas públicas prefiere que sea el gobierno quien tome todas las decisiones importantes, sea para ayudar a los pobres, qué medicinas tomar, qué tipo de educación recibir y cómo resolver los problemas de la sociedad.

    "La escuela se ha convertido en una fabrica de empleados y burócratas: todos los que ahí se forman piensan en ser trabajadores, ya sea de gobierno o de particulares, en vez de ser emprendedores e innovadores" --- Santos Mercado Reyes ---

    En ese sentido, las escuelas públicas han logrado su fin (formar gente aborregada que espera que todo lo resuelva "papá Estado/Gobierno"). Y si eso no nos gusta, reformarlas es insuficiente. Tenemos que desbaratar el sistema prusiano y proceder hacia una educación basada en los principios del libre mercado y la libertad individual. Tenemos que separar al Estado de la educación. Esa es la única manera de revitalizar a la educación, a las familias y al espíritu de la sociedad.

    Crisbio

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  8. "Se dice que el monopolio educador de la Iglesia en la Edad Media se quitó porque "adoctrinaba" a la población, pero si actualmente es el Estado el que establece los planes de estudio, currícula y materias de lo que deben de aprender cada alumno (casi nadie cuestiona el por qué un grupito de burócratas y funcionarios debe de decidir lo que aprenden todos los alumnos), impone el número de horas clase que deben de asistir los estudiantes, las características de las aulas y salones, a los maestros que han de impartir la enseñanza, a los directores y funcionarios... entonces ¿quíen es el que está adoctrinando actualmente a la población para que sea sumisa, pasiva y solo vea en el al gran "salvador" de la humanidad? Obvio que el Estado" --- Murray Rothbard ---

    Mucho de lo que le estoy diciendo hoy aquí lo aprendí, no de los anarquistas que critican los sistemas educativos, pero de personas que creen en este sistema. Hay miles de diferentes referencias en la red acerca de todos los problemas de la educacion publica, y es casi seguro que un 95 por ciento de ellas son referencias a reportes gubernamentales, estudios académicos, e investigaciones de periódicos. Y en casi todos los casos, el autor de esos reportes es alguien que cree en los sistemas estatales de educación. No importa cuantos problemas ellos documenten, no importa sobre cuantas fallas ellos escriban, ellos no renuncian a su "fe" en el sistema.

    Todos ellos creen que todas las fallas sobre las cuales ellos escriben pueden ser desaparecidas mediante "reformar". Todos ellos creen que nosotros simplemente no nos hemos esforzado lo suficiente para reformar el sistema y hacerlo funcionar. Lamentablemente, ellos están equivocados. Virtualmente todos estos problemas son consecuencias inevitables de la politización de la educación.

    Todo lo descrito debe servir de lección para aquellos que defienden ingenua y cándidamente la excesiva intervención estatal en la sociedad (ya sea a través de mayores “regulaciones”, “leyes”, “reglamentos”, “códigos”, “agencias controladoras”, “impuestos”, “expropiaciones”, “organismos rectores”, “subsidios”, “controles de precios”, etc. con tal de combatir la “codicia capitalista”): una vez cedido el poder al Estado no debería sorprender a nadie que políticos, burócratas y grupos de presión intenten imponer su propia agenda e intereses (a menos que sean de aquellos "idiotas utiles" que piensen que "Estado bueno, empresas malas").

    La Educacion debe ser libre, no debe haber monopolio, ni imposicion de politicas ni planes de estudio de ningún tipo ni del Estado ni de nadie.

    La abolición de la ley de escolaridad obligatoria pondría fin al rol de las escuelas como guardianes de la juventud de la nación, y dejaría en libertad a todos aquellos que están mucho mejor fuera de las aulas para que sean independientes y desarrollen un trabajo productivo. La abolición de las escuelas públicas pondría fin a la carga anquilosante del impuesto a la propiedad y proveería una amplia gama de posibilidades educativas para satisfacer todas las necesidades y demandas libremente expresadas de la diversa y variada población del país. La supresión de la instrucción gubernamental pondría fin al injusto subsidio obligatorio concedido a las familias numerosas, que a menudo favorece a las clases altas y perjudica a los pobres. La influencia nociva del gobierno que trata de moldear a la juventud en la dirección que le conviene al Estado sería reemplazada por las acciones voluntaria y libremente elegidas; en resumen, por una educación genuina y verdaderamente libre, tanto dentro como fuera de las escuelas formales.

    Crisbio

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